Bruce MacMaster, Presidente de la Asociación Nacional de Empresarios (ANDI) es un total convencido de que la reactivación económica, tras el choque que representó la pandemia, es un imperativo para el sector industrial nacional, que se prepara para un reto que significará un esfuerzo de largo aliento.

Sostuvo en esta entrevista, especial para el Puerto de Barranquilla, que si bien 2020 se registró la peor caída de la economía en la historia del país y hubo sectores muy afectados, otros pudieron mantener su actividad y señalaron el camino de la recuperación y la resiliencia.

También habló acerca del reacomodo de las cadenas de suministro globales que se rompieron por cuenta de la pandemia y que ahora representan una oportunidad para el país por la vía del nearshoring. “Debemos estar muy atentos a los cambios y actuar rápidamente”, remarcó.

P: ¿Considera que sobrevivirá la recuperación industrial en medio de este persistente ambiente de pandemia?

R: Por supuesto. El trabajo del sector empresarial está orientado a la recuperación lo que lleva implícito el impulso de la economía, el empleo y los indicadores sociales.

Tenemos que pensar en la reactivación inmediata como una causa común, siendo conscientes de que a largo plazo se deben adoptar medidas para mantener una senda de crecimiento alto y sostenido.

Los empresarios tenemos la obligación de construir optimismo y el mejor futuro para el país, en esa medida siempre estamos planteando alternativas y salidas a los retos que se nos presentan. Desde estos preceptos hemos asumido la actual contingencia y fue así como empezamos a buscar soluciones desde el momento en que empezó la emergencia. Incluso en medio de las grandes dificultades se ha mantenido la innovación en las empresas, buscando nuevas oportunidades en unos mercados más dinámicos y con nuevas necesidades.

Hay que hacer un esfuerzo entre todos de autocuidado y protección, la actual situación nos debe hacer mucho más conscientes de la gran responsabilidad que debemos tener como ciudadanos.

P: ¿Cuáles han sido los sectores industriales más resilientes a esta crítica situación? ¿Los más afectados?

R: La afectación fue general, estamos hablando de que en 2020 se registró la peor caída de la economía en la historia del país y que perdimos entre 70 y 80 billones de pesos. Es el reflejo de un año en el que se produjo mucho menos pues buena parte de la economía tuvo que cerrar por tiempos prolongados con consecuencias en todos los sectores.

Cuando empezó la emergencia, los empresarios iniciaron un proceso de preparación en términos de protocolos para poder desarrollar las actividades con altos niveles de bioseguridad. Así lo hicieron las compañías de actividades relacionadas con la cadena de alimentos, servicios públicos, bancarios o de salud que siempre estuvieron operando.

Fueron estas empresas las que señalaron el camino para poder continuar abasteciendo de alimentos, productos y servicios a los colombianos. Posteriormente se fue dando la reapertura paulatina, primero a la infraestructura, la construcción y después a subsectores de la manufactura.

De acuerdo con la Encuesta de Opinión Industrial Conjunta en 2020 la producción disminuyó en -8,4% y las ventas totales el -7,6%. En el consolidado del año los sectores industriales más resilientes fueron el de sustancias y productos químicos, alimentos y el de pulpa, papel y cartón. Los que recibieron el mayor impacto fueron el textil y confección, el de productos de hierro y acero, la producción de minerales no metálicos y la cadena automotriz.

P: Hay empresarios y promotores de inversiones que han visto una clara oportunidad en el nearshoring. ¿Lo ve usted así?

R: Las cadenas de suministro en el mundo se están re-acomodando, una tendencia que se ha acelerado por cuenta de la pandemia y la guerra comercial entre Estados Unidos y China.  En ese sentido, el nearshoring representa una oportunidad importante para Colombia de atraer inversión.

La atracción de inversión es una tarea prioritaria para el país. Para lograrlo se requiere elevar la competitividad para que el sector privado ponga su atención en nuestro país; existe una competencia con otras naciones de la región que tienen el mismo interés y Colombia no se puede quedar atrás.

P: ¿Considera que los empresarios colombianos están listos para esta suerte  de globalización que parece venirse en esta nueva normalidad?

R: Colombia tiene experiencia en diferentes sectores exportando cada vez más y con productos de valor agregado. Hay que seguir profundizando este trabajo, aprovechar la experiencia adquirida y las oportunidades que una situación como la actual puede ofrecer.

Adicionalmente, se debe destacar que hay una serie de multilatinas con presencia importante en otros países que dan cuenta de esa capacidad de expandirse y adaptarse a nivel local.

P: ¿Cuáles cree que son otras oportunidades que se abren para los empresarios, en especial exportadores e importadores, con la post pandemia aún en el horizonte?

R: El mundo cambió y el comercio internacional se está reconfigurando. Por lo mismo es un momento de grandes oportunidades, debemos estar muy atentos a los cambios y actuar rápidamente. En esto debemos tener un trabajo muy coordinado entre gobierno y sector privado.

De otra parte, hay que seguir trabajando en fortalecer y diversificar nuestra canasta productiva que nos permita producir y exportar bienes y servicios. La ANDI ha insistido en que el país debe crear las condiciones para desarrollar industrias y sectores no tradicionales, que además permitan fortalecer la base de creación de empleo y formalización.

Como sociedad debemos concentrar esfuerzos en este objetivo teniendo en cuenta que resultados como los de las exportaciones y la balanza cambiaria son el más elocuente síntoma del inmenso reto que tenemos.